JOSÉ ÁNGEL ALDA, PSIQUIATRA INFANTIL DEL HOSPITAL SANT JOAN DE DÉU DE BARCELONA
“Uno de los grandes problemas que vemos en la consulta es que los padres se sienten muy culpables”
“Los niños más hiperactivos e impulsivos suelen llegar a la consulta al inicio de la escolarización obligatoria; los que tienen déficit de atención, en Secundaria”
José Ángel Alda, durante la entrevista.
Redacción. Imagen: Diego S. Villasante. Barcelona
El Dr. José Ángel Alda, jefe de Sección de Psiquiatría Infantil del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, atiende los casos de trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) que llegan a este centro. Según ha explicado a Comunidad TDAH, este trastorno “es muy prevalente en los niños en edad escolar, y se calcula que lo tienen entre un tres y un seis por ciento”. “Eso significa que en una clase, entre uno y tres niños van a tener este trastorno. Hay dos tipos de perfiles: los niños más movidos, más hiperactivos y más impulsivos suelen llegar a la consulta al inicio de la escolarización obligatoria, en Primero o Segundo de Primaria. Por su parte, los niños más despistados, con déficit de atención, suelen llegar más habitualmente en Secundaria, debido a su fracaso escolar”, ha indicado.
¿Cómo valora la atención al niño con TDAH que se ofrece actualmente en España?
El diagnóstico es uno de los grandes problemas que tenemos. La red de salud mental infanto-juvenil está desarrollada de maneras diferentes en cada comunidad autónoma. Algunas tienen un amplio desarrollo, como Cataluña y Andalucía, pero en otras brilla por su ausencia. Otro problema es que la especialidad de Psiquiatría Infantil no está reconocida, aunque está en vías de conseguirlo. En definitiva, la atención no es uniforme en todo el país.
Para intentar corregir este problema se ha realizado una guía, ¿cuál es su objetivo?
Recientemente, el Ministerio de Sanidad, ante la falta de un criterio uniforme en el diagnóstico, planteó la realización de una guía de práctica clínica basada en la evidencia. Tuve la suerte de coordinar esa guía, que intenta ofrecer las mejores recomendaciones posibles tanto para los profesionales sanitarios, como para los padres y los profesores. Lo que dice esa guía es que el diagnóstico es únicamente clínico, es decir, se realiza hablando con la familia, recabando información de la escuela y viendo al niño. Una de las dificultades del diagnóstico en el TDAH se debe a que es muy frecuente la comorbilidad, es decir, el niño, además de tener este trastorno, también tiene problemas con la lectura, baja autoestima, depresión, problemas de ansiedad o de conducta. El 80 por ciento de los niños que vemos en la consulta, aparte del TDAH, tienen otro trastorno asociado. La guía está destinada no solo a los profesionales, sino también a los padres y los profesores. En un anexo dirigido a los padres, se les explica qué es este trastorno, cómo se realiza su diagnóstico, cuáles son las alternativas de tratamiento. Se puede descargar en internet y es de libre acceso.
“Algunos padres no van a actos sociales porque tienen miedo a que su hijo se porte mal”.
“El TDAH es un trastorno neurobiológico, cuya causa es multifactorial”
Esta guía está hecha con el respaldo del Ministerio de Sanidad, pero no es de obligado cumplimiento. ¿Qué utilidad tiene?
La guía contiene una serie de recomendaciones de consenso, no es una biblia que haya que seguir al pie de la letra. Después, el profesional tiene que atender las variaciones de cada paciente para poder orientar al niño y a su familia respecto al tratamiento más adecuado.
Anteriormente, ¿no había un protocolo común de actuación?
Observamos que el niño podía recibir una atención diferente en función de cada consulta. Es un trastorno sobre el que existe mucha controversia incluso respecto a su existencia. Estamos hablando de un trastorno conocido desde el año 1902, aproximadamente, pero es cierto que en los últimos años ha habido un mayor avance en las investigaciones y mayores evidencias en cuanto al diagnóstico y los tratamientos de esta patología. A nivel de la Psiquiatría también hay diferentes corrientes. La guía pretende llegar a un consenso. En su elaboración han participado pediatras, neuropediatras, psicólogos, psiquiatras infantiles o psiquiatras de adultos que han intentado dar una visión global del trastorno.
¿El anexo dirigido a los padres qué información les ofrece?
Se les explica que el TDAH es un trastorno neurobiológico, cuya causa es multifactorial, si bien la influencia de la genética es muy importante, así como los factores ambientales. La guía les quita la culpa a los padres, es decir, no hay padres inadecuados, sino que muchas veces el niño con TDAH hace que los padres parezcan inadecuados; es definitiva, no son problemas educativos, sino que el niño tiene el trastorno per se. También se les explica cómo se hace el diagnóstico correcto, así como las opciones de tratamiento, que es multimodal. Por un lado, se pueden realizar intervenciones a nivel psicoeducativo, y para los casos moderados y graves hay un tratamiento farmacológico.
¿Los padres tienen sentimiento de culpabilidad por no atender de forma correcta al niño?
Muchísimo. Uno de los grandes problemas que vemos en la consulta es que los padres se sienten muy culpables. Hay padres que no van a ningún acontecimiento social, como un cumpleaños, porque tienen miedo a que el niño se porte mal y les digan que está mal educado o habría que darle una torta. En nuestro hospital hicimos un estudio, y vimos que más del 50 por ciento de estos padres tiene sintomatología de ansiedad y depresión, una cifra mucho más elevada que la población general. Ellos lo pasan francamente mal, y los profesionales debemos darles las herramientas para poder llevar al niño de una manera adecuada, para no engancharse en la provocación del niño e intentar modificar la conducta cuando hay problemas de comportamiento.
¿Cómo evoluciona un niño cuando recibe un tratamiento adecuado?
En el TDAH es muy importante la comorbilidad, es decir, si hay un diagnóstico de este trastorno solo, en principio tiene un buen pronóstico. Cuando hay algo más se puede complicar la evolución. Un niño diagnosticado de manera precoz, de forma correcta y con un tratamiento adecuado a todos los niveles, psicológico, escolar, y de fármacos, la evolución es muy positiva. El niño es igual que otro de la clase, algo muy gratificante para el psiquiatra infantil y para los padres. En la edad adolescente tienen sus cosas, igual que el resto de jóvenes, pero realmente su evolución es muy positiva.
“El Ministerio planteó realizar una guía de práctica clínica basada en la evidencia”.
“La guía está destinada a los profesionales, y también a los padres y los profesores”.
¿Qué ocurre en el caso contrario, cuando el niño no es diagnosticado correctamente o no sigue el tratamiento adecuado?
En estos casos hay muchísimos problemas de comportamiento, y los niños no suelen terminar los estudios, o bien consiguen resultados muy por debajo de sus posibilidades. Posteriormente, consiguen trabajos peor remunerados y aguantan poco en sus puestos. En el caso de las niñas, es más frecuente el embarazo no deseado o el contagio de enfermedades de transmisión sexual, consumo de drogas o adicción a los videojuegos. En general, los adolescentes están bastante enganchados a las nuevas tecnologías, pero en los niños con TDAH se eleva a una enésima potencia.