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Edición nº7 | Jueves, 21 de marzo de 2013  |  Hemeroteca
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ANNA SANS, NEUROPEDIATRA DEL HOSPITAL SANT JOAN DE DÉU DE BARCELONA
“En cinco años podríamos reducir a la mitad el fracaso escolar”
“En el TDAH el lóbulo frontal, que se desarrolla hasta los 18-19 años, está madurando a un ritmo muchísimo más lento”

Anna Sans.

Redacción / Imagen: Diego S. Villasante. Barcelona

La Dra. Anna Sans, neuropediatra del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, considera fundamental un buen abordaje del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), con lo que se podría conseguir “reducir en cinco años a la mitad el fracaso escolar”. Esta especialista ha comentado su amplia experiencia con los trastornos de aprendizaje en la unidad específica en la que trabaja, que recibe unas 850 visitas al año.

¿Cómo es su visión del TDAH?, ¿cómo aborda este trastorno desde su consulta?

El TDAH es un problema del desarrollo neurológico y yo lo enfoco siempre desde un punto de vista muy práctico. Nuestro nivel de fracaso escolar es vergonzoso, triplica la media de otros países de nuestro entorno. Este fracaso escolar sería menor si todos estos niños que tienen un problema de maduración y de conducta, así como otras dificultades, se detectaran a tiempo y se pusieran las medidas educativas necesarias. En cinco años podríamos reducir a la mitad el fracaso escolar. Tenemos un sistema educativo lineal: el niño al que todo le va bien, continúa adelante. Pero el que tiene problemas, realmente le costará más continuar.

¿Cree que hay cierta falta de formación por parte de los educadores o es también falta de sensibilidad?

Una cosa lleva a la otra. Cuando hay una falta de formación, te lleva a no ser sensible ante determinados problemas. En nuestro país hay la tendencia a pensar que el niño no se esfuerza, no quiere crecer, no hace las cosas bien... El mundo educativo no está asumiendo que debe ser el profesional el que tiene que adaptarse al niño, y no al revés. No quiero decir que toda la culpa sea de la comunidad educativa, ni muchísimo menos. También la comunidad médica debe mejorar su especialización. Hemos mejorado con respecto a hace diez años, pero muchísimo menos de lo que deberíamos haber avanzado.

“Es necesario el apoyo de los profesores para reducir
el fracaso escolar”.

¿También ve falta de sensibilidad en los familiares y el entorno más cercano del niño?

El chico con TDAH puede llegar a la consulta porque tiene poco autocontrol de su conducta. Otros niños no tienen estos problemas de conducta, sino de aprendizaje. Hay una gran tendencia a pensar que no trabaja porque es vago, porque no se esfuerza. El TDAH necesita cosas muy motivadoras y gratificantes a corto plazo, como son los videojuegos. De todos los niños que he tratado con problemas de aprendizaje, nunca he llegado a la conclusión de que un chico es vago y nada más. Siempre hay algo que justifica que haya tirado la toalla. Es importante tenerlo en cuenta.

Aparte de los cuestionarios que se emplean para diagnosticar el trastorno, ¿hay algún marcador biológico que pueda indicar la presencia de TDAH?

No hay ninguna prueba útil a nivel clínico para conocer el diagnóstico, como puede ser una fiebre para detectar una pulmonía. Tampoco hay electroencefalogramas, ni potenciales evocados, no hay resonancias magnéticas, escáneres ni nada que nos dé el diagnóstico. Pero estamos avanzando mucho en el conocimiento gracias a estas técnicas, pero están limitadas al campo de la investigación, y no en el ámbito del diagnóstico. En cualquier caso, si bien el diagnóstico es clínico, también es complejo. Hay que descartar que tenga otras patologías y enfocar bien el diagnóstico, algo que no se logra en una visita de diez minutos.

“En España hay la tendencia a decir que el niño no se esfuerza, no quiere crecer”.

¿Qué ocurre en el cerebro del niño para que tenga hiperactividad o déficit de atención?

El cerebro del niño cuando nace tiene muchísimo camino por hacer a nivel de maduración. El lóbulo frontal es la estructura que se desarrolla de forma más lenta en el ser humano, hasta los 18-19 años. En el caso del TDAH, precisamente ese lóbulo frontal está madurando a un ritmo muchísimo más lento. Así, nos encontramos a un chico de ocho años, listo, que habla, que comprende bien, pero tiene una conducta que corresponde a un niño de seis años. Al llegar a la adolescencia, los niños son más impulsivos porque esa zona del cerebro no se ha desarrollado adecuadamente, hay unas sustancias químicas que no están funcionando bien, por lo que con el tratamiento farmacológico muchas veces la respuesta es espectacular.

¿Cómo funciona exactamente el tratamiento farmacológico?

Los tratamientos farmacológicos están orientados a las sustancias químicas que facilitan que la información pase de una neurona a otra de una forma equilibrada. Los medicamentos evitan este funcionamiento caótico de las sustancias químicas durante un número determinado de horas, y la sintomatología va mejorando.

Resulta contradictoria que se trate la hiperactividad con un fármaco estimulante. ¿Por qué es así, y cómo se lo explica a los padres?

Los niños tienen respuestas paradójicas a los fármacos por la maduración de su sistema nervioso. Son fármacos estimulantes de la capacidad de estar alerta, de ser capaces de conseguir su autocontrol. No se les baja su hiperactividad, sino que se controla su movimiento.

“El niño con TDAH necesita cosas motivadoras y gratificantes a corto plazo”.

“El lóbulo frontal del cerebro de los niños con TDAH evoluciona de un modo más lento”.

¿El fármaco actúa directamente sobre la zona del cerebro afectada? ¿Qué efectos secundarios puede producir?

No es tan sencillo, pero de alguna manera podría explicarse así. Tenemos fármacos que son relativamente nuevos, pero vienen derivados de sustancias que se conocen desde hace muchos años y tienen un perfil de seguridad muy elevado. Además, habitualmente son medicamentos que no modifican de una manera definitiva esas sustancias cerebrales, sino que se toman por la mañana y a las ocho horas se acaba su efecto. Durante esas horas, el fármaco consigue que el cerebro del niño funcione de una manera ordenada. Pero no hay alteraciones que se produzcan en la maduración y en la estructura cerebral.

¿No se produce una adicción al medicamento?

No, en principio no son fármacos que produzcan una adicción. Son medicamentos seguros, efectivos, y que evitarán el fracaso escolar.

¿Hacia dónde van dirigidas las investigaciones?

En el ámbito del TDAH las investigaciones están en el campo de la genética, porque son manifestaciones de distintos trastornos, como de conducta, etc. Probablemente haya muchos genes implicados que están jugando diversos papeles. El hecho de avanzar en el conocimiento genético es un primer paso para intentar actuar con fármacos más selectivos.

“La respuesta al tratamiento farmacológico muchas veces es espectacular”.

“Los medicamentos evitan el funcionamiento caótico de las sustancias químicas”.

¿Se puede hacer alguna prueba a los niños que ayude al diagnóstico?

No hay pruebas que ayuden a determinar el diagnóstico. Cuando hacemos pruebas, habitualmente es porque quieres descartar otras cosas, como trastornos del sueño, anomalías de un cromosoma determinado, etc.

¿Qué ocurre cuando un niño es bien diagnosticado y bien tratado de su TDAH? ¿Cómo es su evolución?

No todos los TDAH evolucionan de la misma manera, y la prueba es que hay una proporción importante de niños que se convierten en adultos TDAH. Los niños que son detectados pronto, y son bien llevados desde el principio con intervenciones educativas correctas, tiene muchas posibilidades de que todo le vaya muy bien.

¿Qué mensaje puede enviarles a los padres y familiares de niños con TDAH que buscan información en internet?

En este momento tenemos la suficiente información desde el punto de vista del diagnóstico, del tratamiento, del aprendizaje para hacer que la gran mayoría de estos niños puedan funcionar bien en todos los sentidos, con estudios universitarios. Probablemente serán personas que no podrán prescindir nunca de una buena agenda, serán siempre muy rigurosos, pero si trabajas esos factores no tienen que suponer ningún problema. Cuanto más tardemos en hacer las cosas bien hechas, será más complicado ayudarles.

¿Y qué mensaje le daría a la sociedad, en general?

Le pido que seamos serios, rigurosos, que no frivolicemos diciendo que son invenciones o una moda, porque ni muchísimo menos es así. Las consecuencias del TDAH pueden ser muy malas para la persona afectada, pero también para la sociedad. Las cosas se pueden hacer muy bien, y tenemos herramientas para que estos niños se desarrollen con una relativa normalidad.

 

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