Redacción. Madrid
Uno de los retos a los que tienen que enfrentarse los profesores durante el inicio del nuevo curso es detectar cuanto antes a aquellos alumnos que pueden tener necesidades educativas específicas para facilitarles un correcto diagnóstico y desarrollar las adaptaciones curriculares pertinentes.
Según Amparo Zuriaga, colaboradora del Máster Universitario en Educación Especial de la Universidad Internacional de Valencia, un alumno con TDAH se caracteriza, a grandes rasgos, por “mostrar una actividad más exagerada de lo habitual y una impulsividad continua”. No obstante, recuerda que para diagnosticar el trastorno “hay que valorar la cantidad e intensidad de los síntomas y su permanencia en el tiempo”.
Zuriaga detalla que, en el ámbito educativo, el alumno con TDAH puede manifestar alguno o varios de los siguientes síntomas:
– Suele perder con bastante frecuencia los materiales habituales de trabajo o se los deja olvidados en casa.
– Interrumpe la dinámica de las clases con cierta asiduidad y se muestra nervioso cuando no se le atiende.
– Suele moverse de su asiento constantemente y se levanta sin motivo aparente.
– Nunca finaliza los deberes que le mandan.
– Sus cuadernos de trabajo están muy desorganizados.
– Se despista con mucha facilidad y no atiende en clase.
– Suele tener mal comportamiento con el resto de compañeros.
– Parece que no escucha.
– Le cuesta acatar las órdenes que le dan los profesores.
– No se compromete con actividades que requieren un esfuerzo mental prolongado.
También puede tener rasgos positivos como espontaneidad y extroversión excesiva, gran energía, independencia, dotes creativas muy acentuadas, etc.
Tiene TDAH, ¿ahora qué?
Si se confirma que el niño tiene TDAH, Zuriaga recomienda a los profesores “no castigar nunca al alumno porque, en la mayoría de ocasiones, el pequeño no es consciente de lo que realmente le está ocurriendo”. Lo más conveniente, a medida que haya progresos, es “reforzar positivamente lo que ha hecho bien y marcar pequeñas pautas como, por ejemplo, desglosar los deberes en pequeños pasos o situarle en un lugar en el aula próximo al profesor”, aconseja la especialista, quien afirma que, con las pautas adecuadas y con tiempo, “es posible mitigar o eliminar las consecuencias negativas o síntomas que produce este trastorno”.
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