Redacción. Madrid
Aunque el verano es sinónimo de vacaciones, es recomendable mantener cierta actividad con independencia de cómo haya salido el curso, tanto para preparar algunos exámenes pendientes como para refrescar conocimientos. La implicación y el apoyo de los padres son claves para que los escolares hagan los deberes de forma adecuada ya que, como recuerda la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), “un mal apoyo puede generar dependencia y transmitirles la idea de que no son capaces de hacerlos por sí mismos”.
Según explican desde la sociedad científica, es fundamental estar cerca y disponible para apoyar y guiar al niño cuando le haga falta y asegurarse de que es consciente de que se le va a ayudar si surge algún problema, aunque también es importante que trabaje de forma independiente.
Los pediatras ofrecen una serie de estrategias para que a los menores les resulte más fácil hacer la tarea durante el verano, sin que ello les haga tener la sensación de que no pueden disfrutar de sus vacaciones:
Establece una rutina de trabajo y un horario regular: enséñale a distribuir el tiempo y a dividir los deberes en pequeñas tareas más asequibles.
Organiza estratégicamente las sesiones de deberes: algunos niños pueden preferir hacer primero los trabajos más difíciles; en cambio, otros prefieren primero las tareas más fáciles. En cualquier caso, el descanso es fundamental.
Incúlcale habilidades organizativas: puede ser útil enseñarle técnicas de estudio. Al principio un niño no es organizado de manera natural, no sabe cómo estudiar, así que ayúdale a aprenderlo.
Enséñale a aplicar las cosas del colegio al mundo real: aprovecha cualquier momento para reforzar lo aprendido. Le resultará más atractivo.
Anímale a pedir ayuda cuando le haga falta: elogia siempre su esfuerzo, mucho más que los resultados obtenidos.
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