Sandra Melgarejo. Madrid
Comienza el curso escolar y los alumnos con TDAH y sus familias se preparan para afrontar nueve meses de deberes y exámenes. ¿Cómo superarlos con éxito? Una de las claves es que los chavales con TDAH necesitan alejarse de un sistema de estudio tradicional. “A ellos no les sirve un estudio mediante lectura, debido a que deben reelaborar la información por escrito, usando pequeños bloques y ayudándose de esquemas u otras técnicas. Esto provoca un mayor tiempo y esfuerzo, generalmente mal aceptado por parte de los alumnos”, explican Ángel Terrón y Alberto Jiménez, psicólogos de Educ-at, una entidad psicoeducativa que tiene como objeto social la prestación de servicios a alumnos con dificultades en sus estudios, problemas de conducta e integración.
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Otras dificultades que tienen los alumnos con TDAH a la hora de ponerse a estudiar en casa es que su motivación y autoestima es bastante baja. “Suelen acompañar sus argumentos con la expresión ‘no puedo’ que, por supuesto, no beneficia a la consecución de objetivos”, comentan los psicólogos. “Necesitan un hábito de estudio que les es difícil de implantar. Aunque funcionan muy bien con rutinas, inicialmente les cuesta adquirirlas. Por ello, es necesario un entrenamiento en competencias como la autonomía, la planificación y la organización”.
En este sentido, las personas con TDAH funcionan mejor cuanto más estructurado está su día a día, por lo que disponer de un horario planificado es fundamental. “El horario debe recoger las actividades extraescolares que realiza, las horas para la comida, así como el tiempo que se va a dedicar al estudio diario y al descanso”, recomiendan Terrón y Jiménez. Para cumplirlo, al principio debe haber una “vigilancia externa”, pero, más adelante, este esfuerzo deberá ser propio una vez potenciada la autonomía del alumno.
Una habitación para estudiar
Según los especialistas, la habitación de estudio debe tener los menos estímulos distractores posibles. “A menudo, nos encontramos con habitaciones en las que, justo delante de la mesa donde realiza los deberes y estudia el alumno, hay uno o varios elementos que favorecen la falta de concentración: juguetes, pósters, etc. Todo ello impide que el tiempo de estudio sea rentabilizado al máximo”, detallan los psicólogos.
Así, lo más beneficioso es disponer de un espacio (un tablón de corcho, por ejemplo) en el que poner un horario, claves o pautas para la realización de tareas, estrategias o alguna frase motivadora. “En definitiva, se trata de que cuando el alumno mire al frente no vea algo atractivo fuera del estudio sino algo que le recuerde lo importante en ese momento: realizar sus tareas”. Otros aspectos clave, pero básicos para cualquier niño, son buena luminosidad, temperatura correcta y un mobiliario adecuado.
Técnicas de estudio
A los alumnos con TDAH les perjudica la información transmitida de forma oral –motivo por el que, muchas veces, no atienden a las explicaciones– y estudiar únicamente leyendo la materia, debido a problemas frecuentes de comprensión. Debido a esto, Terrón y Jiménez afirman que lo que necesitan los estudiantes con TYDAH es una mayor presencia de elementos dinámicos (las nuevas tecnologías son beneficiosas ya que provocan una mayor estimulación); dividir la información en pequeños bloques; hacer uso de esquemas y otras técnicas de relación de ideas que permiten estructurar los contenidos y favorecen el recuerdo de información en el examen; y utilizar frecuentemente palabras clave, acrónimos o demás técnicas que faciliten el recuerdo.
El papel de los padres
Los psicólogos consideran que el papel de los padres va a depender de la edad y características del alumno. No obstante, una serie de orientaciones generales aplicadas a los padres son ayudar pero no hacer, es decir, deben ser guías para ayudar no tanto a resolver los problemas sino a dar estrategias para que sean los propios niños y adolescentes quiénes lleguen a la solución final; saber cómo motivar a sus hijos; fomentar el desarrollo de competencias (autonomía, responsabilidad y planificación); hablar de sus limitaciones como algo normal en todo ser humano porque todas las personas tenemos dificultades; proporcionar refuerzo positivo en todo momento, aunque sin olvidar el establecimiento de límites; y premiar el esfuerzo más que la nota objetiva, dado que son alumnos que realizan una gran cantidad de esfuerzo sin el premio merecido.
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