Sandra Melgarejo. Madrid
El psiquiatra Conrado Montesinos afirma que el TDAH tiene un buen tratamiento, “quizá de los mejores en el ámbito de la Psiquiatría”. No obstante, recuerda que es conveniente detectarlo cuanto antes y aconseja a padres y profesores que estén atentos a las conductas disruptivas de los adolescentes: rebeldía excesiva, mucha agresividad, bajo rendimiento, poco interés por las clases y absentismo escolar.
¿Cómo afecta el TDAH en la adolescencia?
El TDAH en la adolescencia es una continuación del trastorno en la infancia, con algunas características especiales debido a que algunos problemas se agravan. Es decir, el tema escolar ya flojea desde hace unos años, pero, por la edad, un adolescente tiene otro tipo de riesgos, como problemas de conducta que pueden propiciar comportamientos peligrosos: abandono escolar y tendencia a consumir tóxicos, sobre todo cannabis. A su vez, este último problema, relacionado con la impulsividad del adolescente con TDAH, le cambia mucho la conducta y le deteriora el rendimiento escolar y la relación con los padres.
¿Cómo se pueden evitar estos problemas?
Es un trastorno que tiene un buen tratamiento, quizá de los mejores en el ámbito de la Psiquiatría. El TDAH es abordable, no hay que asustarse, tiene tratamiento y es muy efectivo, pero hay que ser conscientes de que hay que tener una cierta disciplina en la terapia: una alianza con los profesores y con los padres por parte del terapeuta, y el compromiso de los padres de hacer un tratamiento de forma continua y seria. Los padres son los primeros terapeutas en el medio familiar y, por lo tanto, les corresponde mucha responsabilidad. Con los tratamientos actuales, el TDAH tiene muy buena evolución.
¿Se diagnostican muchos casos de TDAH en la adolescencia o normalmente se trata de casos ya diagnosticados en la infancia?
Es raro detectarlo por primera vez en la adolescencia. Normalmente, el TDAH ya se detecta, sobre todo por parte de los profesores, en la primera infancia. Entre los cuatro y los siete años, los maestros detectan que es un niño que tiene una conducta muy inquieta o que, como dicen los padres y los profesores, “está en su mundo”, lo que quiere decir que hay una falta de concentración importante que hace muy difícil el rendimiento escolar. Generalmente, los adolescentes que vemos por primera vez o bien son niños que, desgraciadamente, dejaron el tratamiento, o bien son adolescentes con complicaciones de la conducta grandes o que no pueden concentrarse a pesar de que hagan un esfuerzo enorme.
¿Es difícil diferenciar a un adolescente sin TDAH, con las particularidades propias de esta edad, de uno que sí tiene el trastorno?
La adolescencia es rebeldía y lo es por suerte, porque hace falta una cierta rebeldía hacia los padres y ante el mundo para forjarse una identidad y una personalidad propias. Por lo tanto, una cierta rebeldía es buena, pero cuando es extrema y afecta gravemente a la conducta –consumo de drogas, rendimiento escolar, agresividad, etc.– y, además, va unida a impulsividad y a conductas de riesgo, probablemente estamos hablando de un chico con TDAH.
Cuando un TDAH es diagnosticado en la infancia y se trata correctamente, ¿cómo evoluciona el trastorno en la adolescencia?
Los protocolos internacionales aconsejan diagnosticar, al menos, a partir de los seis años, para detectarlo y controlarlo durante toda la infancia y la adolescencia. Cuando se detecta a esa edad y se instaura el tratamiento multimodal, todos los riesgos del TDAH en la adolescencia disminuyen enormemente. Es decir, el riesgo de consumo de drogas de un niño tratado de su TDAH es mucho menor que el de uno que no está tratado, y el rendimiento escolar es mucho mayor.
¿Qué causa la relación entre el TDAH y las drogas?
Muchas veces, los padres creen erróneamente que los tratamientos para el TDAH crean dependencia, pero lo peligroso es no tratarlo. El chico hiperactivo es impulsivo, y la persona impulsiva tiende más a probar todo, y una de las cosas que prueba es el consumo de drogas. Cuando hay que probar algo en un grupo de adolescentes, el primero es el hiperactivo. La impulsividad del trastorno es lo que hace que el adolescente con TDAH sea más propicio a consumir drogas.
¿Qué ocurre en el entorno académico si el TDAH no se trata correctamente?
El TDAH no tiene nada que ver con la inteligencia. Hay chicos con TDAH inteligentes, no tan inteligentes y algunos con pocos recursos, como ocurre en la sociedad en general. El TDAH no va asociado a ser más torpe ni a ser más malo, simplemente tiene unas características especiales. El trastorno dificulta el rendimiento escolar por una sencilla razón: porque la atención, la memoria y la concentración son básicas para el estudio y, si no son las adecuadas, el rendimiento va a ser mucho más bajo. Esto es lo que mejora el tratamiento.
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