Redacción. Madrid
Marta García es psiquiatra de la Unidad de TDAH del Hospital Clínic de Barcelona. Su amplia experiencia con las familias le permite afirmar que el propio diagnóstico ya es terapéutico, porque los padres saben por fin qué les pasa a sus hijos y eso les ayuda a relajarse y a ponerse manos a la obra. Como especialista en este trastorno, asegura que un niño bien tratado será capaz de hacer lo que quiera en la vida y sentirse realizado.
¿Cuál es su visión del TDAH?
El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo. Esto quiere decir que afecta al desarrollo del cerebro y que abarca todas las edades, desde el niño hasta el adulto. En función de la edad, su forma de presentarse impacta en unas áreas o en otras. Este trastorno del neurodesarrollo afecta a áreas que tienen que ver con el control de la atención, del movimiento y de la impulsividad. El TDAH hace que estos niños tengan un retraso en el desarrollo del autocontrol.
¿Cómo pueden los padres y a los educadores agilizar el diagnóstico del TDAH?
Los padres detectan dificultades en sus hijos, lo que pasa es que, muy probablemente, no saben si eso es normal o no por que no tienen con quién compararlo. Así que, quienes lo detectan muy fácilmente son aquellos que tienen otros referentes: los profesores. En las escuelas se detecta fácilmente; otra cosa es que se identifique bien y se sepa diferenciar el trastorno de una práctica educativa incorrecta. Ahí es donde tenemos que intervenir los especialistas.
Una vez diagnosticado el trastorno, ¿cuáles son los pasos a seguir?
Hay que ver dónde crean dificultades los síntomas: en casa, en la escuela, en los dos entornos, etc. También vamos a buscar si hay otros trastornos acompañantes, por ejemplo, una dificultad en la lectoescritura o en el cálculo. Eso sería un problema añadido porque, a lo mejor, podemos estar tratando el TDAH, pero si no tratamos la dislexia o la discalculia el rendimiento académico no mejorará.
Una vez realizado el diagnóstico, se inicia el abordaje terapéutico. El propio diagnóstico es casi el primer paso del abordaje terapéutico porque los padres ya saben qué les pasa a sus hijos y eso es muy terapéutico, les ayuda a relajarse y a ponerse a trabajar. Después hay que explicar a los padres qué es el trastorno y qué implica. Una vez explicado, hablamos de los posibles abordajes terapéuticos, farmacológicos y psicológicos.
¿Cómo evolucionan los niños con TDAH adecuadamente diagnosticados y tratados?
Muy probablemente serán niños normales. Es cierto que, a veces, pueden ser niños muy creativos porque son capaces de captar muchos estímulos a la vez y tienen formas originales de ver y enfrentarse al mundo. Si están bien tratados, percibirán sus dificultades, pero su evolución será normal, como la de otros niños, y podrán hacer una carrera, o lo que quieran hacer en la vida, y sentirse realizados.
¿Y en qué puede derivar el TDAH si no se trata?
Si los niños con TDAH no prestan atención, obviamente el aprendizaje se va a ver afectado. El rendimiento académico será menor y el aprendizaje, más lento, y se irán rezagando respecto a sus compañeros. También afectará a la relación de estos niños con sus compañeros. Si siempre acaban peleándose y discutiendo, estarán solos, no les invitarán a cumpleaños… Sufrirán aislamiento social o se relacionarán con los niños más problemáticos, lo que puede acabar en problemas de conducta. Si en casa tampoco obedecen, se establece una relación padre-hijo que se va deteriorando progresivamente, lo que puede acabar en un trastorno negativista desafiante, empeorando el pronóstico del TDAH. Por lo tanto, el abordaje es importante para evitar ese desenlace.
¿Qué aconseja que hagan los padres si tienen una sospecha de TDAH?
Si ven que su hijo tiene alguna dificultad, ya sea impulsividad, dificultad de concentrarse o que tienen que estar muchas horas haciendo los deberes con él, tienen que hablar con los profesora y explicarles lo que sucede, no esperar a que sean los profesores quienes se pongan en contacto con ellos. Juntos, profesores y padres, tienen que decidir si el niño tiene que ser visto por un especialista o no. Después, tienen que hablar con el pediatra, quien abordará el trastorno o lo derivará a un centro especializado.
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