Sandra Melgarejo. Santiago de Compostela
Según Madó Domínguez, psiquiatra infanto-juvenil del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), los principales síntomas del TDAH son dificultad para atender, inquietud e impulsividad. Todos ellos ocasionan “algunos tropiezos” a los niños que tienen este trastorno, pero, con el tratamiento adecuado, la especialista asegura que el cambio “es radical”.
¿Los padres detectan correctamente el TDAH?
Considero que, en líneas generales, sí que se dan cuenta de que puede haber un trastorno, aunque el nivel de tolerancia de cada familia puede ser muy distinto, igual que el de la escuela. A los cinco o seis años, cuando un niño presenta los síntomas, creo que es fácil que detecten, al menos, que está pasando algo.
Después, ¿cuáles son los pasos a seguir?
La importancia del diagnóstico precoz.
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Lo lógico sería ir al pediatra y plantearle el problema. Hay que actuar pronto porque, sobre todo de cara al aprendizaje, se pierden momentos muy importantes. El pediatra hace una valoración para descartar lo básico, como problemas auditivos o visuales, y pide una consulta con el especialista (psiquiatra o neuropediatra) para que confirme el diagnóstico.
Tras el diagnóstico y el tratamiento adecuado, ¿cómo cambia el niño?
El 80 por ciento de los niños responde bien a los tratamientos actuales. Normalmente, el cambio es radical porque se quedan más tranquilos y son capaces de centrar la atención. Porque no es que no quieran hacer las cosas, sino que su atención es tan dispersa que no se lo permite. Además, la relación con los compañeros y con los adultos es mejor.
¿Cómo se enfrentan los padres al diagnóstico?
Vemos un poco de todo. Hay algunos padres que vienen con el diagnóstico casi hecho ya, independientemente de que luego se confirme o no, pero hay otros a los que les asusta mucho, ya que se trata de un trastorno psiquiátrico, con los estigmas que eso conlleva. También hay prejuicios respecto a la medicación que hay que ir manejando poco a poco, tratando de que los padres vean la diferencia y el progreso del niño.
¿Qué se puede hacer para acabar con los estigmas?
Cómo explicar al niño que tiene TDAH.
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Hay que tratar de explicar bien en qué consiste el TDAH y entablar una buena relación con la familia. El estigma fundamental es que al niño le pongan la etiqueta de ‘enfermo mental’ y solo hay una manera de resolverlo: diciendo que es un trastorno, pero que tiene un tratamiento bastante eficaz y que se soluciona, algo que no pasa habitualmente en la Psiquiatría, donde los trastornos más graves, lamentablemente, no tienen solución.
¿Cuál es el papel que deben tener los profesores?
Lo lógico sería trabajar con el colegio, pero hay posturas que no son admisibles, como decir “yo en esto no creo”. Es como si me dicen que un niño tiene dificultad para leer y yo digo que eso no puede ser, que todos los niños leen. El problema con los profesores es que, desde su punto de vista, no había casi nadie diagnosticado y, de repente, se diagnostica mucho. Los padres tienen que explicar a los profesores que no es una cuestión de fe, sino un trastorno que está descrito en muchos estudios.
¿Qué consejos da a los padres para que la convivencia con los hijos que tienen TDAH sea mejor?
Cuando el niño ya está diagnosticado y tratado hay que ayudarles a controlar todas las consecuencias de los síntomas. Así que tener una vida ordenada y organizada, sin que sea rígida, es muy importante para un niño con un trastorno de este tipo. |