Sandra Melgarejo / Imagen: Joana Huertas. Madrid
Con 25 años de experiencia, Dolores Moreno, jefa de sección de Psiquiatría Infantojuvenil del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid y nueva presidenta de la Asociación Española de Psiquiatría del Niño y del Adolescente (Aepnya), ha vivido una época en la que había “verdaderas dificultades” para diagnosticar, abordar y aceptar el TDAH, pero afirma que el conocimiento sobre el trastorno ha avanzado “de forma exponencial”. No obstante, reconoce que quedan importantes retos pendientes: suavizar la transición desde la Psiquiatría infantil a la de adultos y homogeneizar el acceso a los tratamientos en todas las comunidades autónomas.
Así es el adolescente con TDAH, según Dolores Moreno.
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Tiene 25 años de experiencia en el ámbito de la Psiquiatría, ¿cómo ha evolucionado el conocimiento, diagnóstico y tratamiento del TDAH?
La Psiquiatría ha avanzado de forma exponencial. No obstante, en salud mental hay niveles de incertidumbre, causas multifactoriales y situaciones psicosociales que complican la especialidad. En concreto, en TDAH ha habido un cambio radical en el modelo de atención, ya que antes había verdaderas dificultades para diagnosticarlo, abordarlo y aceptarlo. Si en la actualidad hay un movimiento crítico en contra del trastorno es porque se diagnostica. Antes se minimizaban estos diagnósticos, se les ponía la etiqueta de ‘retraso madurativo’ o de ‘problema de conducta’ porque se pensaba que los niños, según evolucionaran, irían a mejor. Pero lo que estamos viendo en los últimos años es que no diagnosticar a tiempo ni intervenir de forma adecuada impide que el pronóstico mejore.
Es responsable de la Unidad de Hospitalización de Psiquiatría del Adolescente, ¿ven muchos casos de TDAH?
Lo que vemos son casos de TDAH complicados. El diagnóstico en sí mismo no es un motivo de ingreso; lo que llega a la unidad tiene que ver con comorbilidades complejas, complicadas por factores biopsicosociales. Es excepcional que un niño con una intervención clínica y psicopedagógica adecuada llegue a nosotros.
¿Cuáles son las comorbilidades más frecuentes de los adolescentes con TDAH?
Habitualmente, los problemas de conducta, como la autoagresividad (contra uno mismo) y la heteroagresividad (contra otros). También puede haber cuadros depresivos graves, afectivos o una comorbilidad con un trastorno bipolar.
¿Suelen ser niños ya diagnosticados con TDAH o se descubre que tienen el trastorno en la adolescencia?
El número de diagnósticos que hacemos por encima de los 12 años es sorprendente. A veces somos los primeros en diagnosticarles, aunque sea algo excepcional. Esto no es lo deseable, mucho menos con el conocimiento actual que hay respecto al trastorno.
Por otro lado, la adolescencia es un momento de cambio y de confrontación, de búsqueda de la individualidad, que unido a una patología puede complicar una crisis adolescente normal. Pero el TDAH, por sí mismo, no suele ser un motivo de ingreso.
En una entrevista con Comunidad TDAH, el jefe del Servicio de Psiquiatría del Gregorio Marañón, Francisco Ferre, afirmaba que la transición de Psiquiatría Infantojuvenil a la de adultos es “un reto”. ¿Cómo debería hacerse?
En la Comunidad de Madrid, tanto psiquiatras de adultos como de niños y adolescentes estamos implicados en un proyecto para mejorar esa transición. Para empezar, al no haber especialidad de Psiquiatría Infantil, en muchas comunidades autónomas era el psiquiatra de adultos el que seguía al niño y después no había que hacer ninguna transición.
La aplicación de la neuroimagen en el TDAH.
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Si la había, la forma de hacerlo dependía de las circunstancias y de la persona: el paciente se enviaba con una nota o, incluso, no se derivaba a adultos. Lo deseable, y lo que estamos intentando hacer, es que el tránsito de aquellos chicos que precisan de tratamiento continuado y que prevemos que es crónico se haga de forma conjunta, a través de sesiones de derivación en las que estén los dos profesionales. Para ello, tiene que haber tiempo y disponibilidad para que ambos puedan coincidir. Esto no tiene por qué implicar más recursos, sino redistribuir los que ya hay.
Es la nueva presidenta de la Asociación Española de Psiquiatría del Niño y del Adolescente (Aepnya). ¿Cómo va la puesta en marcha de la especialidad de Psiquiatría Infantil?
Vamos rápido y muy bien, estamos conformando el programa para la formación de los especialistas, pero vivimos con la incertidumbre de si llegará a buen puerto. Soy tutora de residentes y tengo muchísima ilusión en poder ser una de las primeras tutoras en poner en marcha la especialidad porque pertenezco a un hospital muy potente, donde la Psiquiatría del Niño y del Adolescente es muy importante. Los residentes de Psiquiatría del Gregorio Marañón tienen la posibilidad de dedicarse íntegramente a niños y adolescentes durante su último año de residencia.
Su antecesora en el cargo, Josefina Castro, considera que “protocolizar la atención al TDAH en todas las comunidades es lo ideal”. ¿Qué opina?
La falta de protocolos causa una falta de homogeneidad en el tratamiento a los pacientes y a sus familiares. En esta especialidad están muy presentes los estigmas, los prejuicios y tratamientos alternativos cuya eficacia no está demostrada. Es fundamental que quienes nos dedicamos a la Medicina basada en la evidencia hagamos protocolos y se homogenice el acceso a los tratamientos, aunque después, evidentemente, se individualice cada caso.
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