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Redacción. Madrid
Los niños que realizan ejercicio físico después del colegio durante, al menos, una hora al día registran una mejora sustancial en su capacidad para prestar atención y evitar la distracción, según un estudio de nueve meses de duración en el que han participado 221 niños, y que ha sido publicado en la revista Pediatrics.
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La mitad de los niños fueron asignados aleatoriamente a seguir un programa de actividad física y los demás permanecieron en un grupo control sin ejercicio. A todos se les hicieron pruebas de imagen cerebral y cognitiva. “Los que estuvieron en el grupo de ejercicio recibieron una intervención estructurada, en la que realizaron sesiones cortas de ejercicio intercaladas con descansos durante dos horas”, explica el director del estudio, Charles Hillman, profesor de Kinesiología y Salud Comunitaria de la Universidad de Illinois (Estados Unidos).
Los niños que realizaron el programa de ejercicio mostraron aumentos sustanciales en la inhibición atencional, es decir, en su capacidad para bloquear las distracciones y concentrarse en una tarea, y mejoraron en flexibilidad cognitiva, que implica el cambio entre tareas intelectuales, manteniendo su velocidad y precisión. Los niños del grupo de control que no hicieron actividad física registraron mejoras mínimas en este sentido, en línea con lo que cabría esperar como resultado de la maduración normal durante los nueve meses.
“Los menores en el grupo de intervención mejoraron dos veces en comparación con los niños del grupo control en cuanto a su precisión en las tareas cognitivas. Y encontramos cambios significativamente mayores en su función cerebral, que se refieren a la distribución de la atención durante las tareas cognitivas y la velocidad de procesamiento cognitivo”, detalla Hillman. Las mejoras observadas se correlacionaron con la tasa de asistencia, de manera que una mayor actividad se vinculó con un mayor cambio en la función cerebral y rendimiento cognitivo. |
