Redacción. Madrid
El grupo de investigación en Diversidad Humana y Antropología Aplicada de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH) está llevando a cabo un estudio para conocer si la morfología de las huellas dactilares y palmares puede aportar indicios para el diagnóstico del TDAH.
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La profesora Esperanza Gutiérrez, que forma parte de este grupo de investigación junto con Ángeles Sánchez, Concepción Alonso y Rosa Rodríguez Torres, explica la relación: “Las crestas epidérmicas que observamos sobre las superficies dactilares y palmares tienen el mismo origen embrionario que el sistema nervioso central y tienen un período crítico de formación que coincide con el de mayor labilidad del sistema nervioso central. Esto hace que las huellas dactilares se hayan utilizado en los últimos años para comprobar si hay algunas características dermatoglíficas comunes entre individuos con algún tipo de patología relacionada con el sistema nervioso central. Por esta razón, han sido empleadas con un éxito razonable como marcadores del neurodesarrollo fetal, en el estudio del espectro de trastornos como el autismo, de la enfermedad bipolar o la esquizofrenia. Ahora nuestro grupo está llevando a cabo un proyecto encaminado a valorar si las huellas dactilares de personas afectadas por TDAH tienen características morfológicas comunes que puedan ayudar al diagnóstico precoz de esta patología”.
Hay que tener en cuenta que el diagnóstico clínico del TDAH reviste una especial dificultad porque se trata de un trastorno multifactorial en el que influyen elementos genéticos, neuroquímicos y ambientales, y no existen pruebas diagnósticas de laboratorio.
El proyecto se está desarrollando en colaboración con la Federación Andaluza de Hiperactividad y Déficit de Atención (Fahyda), que tiene como objeto el estudio del perfil antropológico del TDAH analizando las huellas dactilares de niños y adultos diagnosticados con esta enfermedad y evaluando el crecimiento de los niños a lo largo de su desarrollo.
“La investigación no son solo números y mediciones. Nos reunimos con las familias, ponemos cara a su situación y para ello participamos en las jornadas de convivencia de las familias. Además de la toma de huellas y datos antropométricos, realizamos encuestas a las familias sobre hábitos del niño y características prenatales, para saber cómo han sido sus gestaciones o si han tenido algún contratiempo. Por otra parte, venimos realizando mediciones durante los campamentos de verano que organiza Fahyda, en los que convivimos con los niños y sus monitores durante unos días”, detalla Ángeles Sánchez.
Estas investigadoras han comenzado también a trabajar directamente con Fahyda para realizar la toma de datos en las sedes de las asociaciones. Se trata de una investigación muy laboriosa, ya que el acceso a la muestra no siempre es fácil y la comorbilidad asociada al trastorno complica la selección de los datos.
No obstante, el estudio avanza y, aunque todavía no se han publicado los resultados definitivos, las investigadoras consideran que los resultados preliminares obtenidos pueden aportar resultados positivos y ser un elemento más que contribuya a la aproximación del diagnóstico precoz de esta patología.
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