Redacción. Madrid
Con la llegada de las vacaciones escolares, las familias se plantean cómo organizar el verano con sus hijos, especialmente si los padres trabajan. Esta situación se complica en el caso de las familias que tienen algún hijo con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), ya que el abandono de los horarios y la rutina escolar les afecta especialmente. Por eso es importante que los familiares y cuidadores puedan contar con unas pautas de actuación que les permitan ayudar a los niños con TDAH a adaptarse al día a día de las vacaciones, y a no perder ciertas referencias necesarias para ellos y para el buen funcionamiento de la familia durante el verano.
“El verano en general supone un aumento de estrés en la vida familiar. Se pasa de una convivencia de unas horas durante el curso a estar casi todo el día juntos. Además, el niño con TDAH, en el entorno familiar está menos contenido y surgen más oportunidades para discusiones, peleas entre hermanos, gritos, etc. Los hermanos muestran hostilidad con frecuencia hacia su hermano con TDAH que no le deja tranquilo, se inmiscuye en sus cosas y genera un sentimiento de rechazo”, señala Jesús Eirís, médico adjunto del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago.
“Es habitual que se produzcan separaciones matrimoniales al final del verano, conflictos de pareja y sentimientos de culpabilidad por no saber educar o no poder controlar situaciones domésticas aparentemente sencillas: ir al supermercado con los niños, asistir invitados a una comida en casa de unos amigos o un día de picnic”, añade.
El TDAH se caracteriza por la inatención, hiperactividad e impulsividad. Las personas con este trastorno suelen tener dificultades para concentrarse, se distraen fácilmente, tienen problemas para permanecer quietos y con frecuencia son incapaces de controlar su comportamiento impulsivo.
Para Patricia Asiáin, de la Asociación Navarra de Apoyo a Personas con TDAH de la Ribera y sus Familias, ANDAR, “durante el verano es importante realizar un horario diario que recoja actividades de ocio y deportivas, sobre todo en grupo, algún tipo de actividad académica sencilla y también alguna responsabilidad relacionada con las tareas de casa en la medida de sus posibilidades: comprar el pan, poner la mesa, cuidar de los animales… Nosotros observamos que es positivo que cualquier chico o chica pase unos días separado de sus familiares y conviviendo con otras personas y sobre todo con iguales. Siempre que sea posible, lo ideal es que acuda a un campamento no especializado, como cualquier joven de su edad y contactar con los responsables para explicarles el problema y ofrecerles información en caso necesario”.
Eirís, en colaboración con Elvira Ferrer, vicepresidenta de la Asociación de niños con Déficit de Atención y/o Hiperactividad (ANHIDA) de La Coruña, ofrece unas pautas sobre lo que es recomendable hacer y lo que se debe evitar durante las vacaciones:
Recomendaciones
Un horario de comidas y de sueño pactado con el niño y de obligado cumplimiento. Se puede establecer una rutina para irse a dormir y levantarse, diferente a la del invierno para que se haga más atractiva
Colocar una pizarra recordatoria del planning del día en el dormitorio le anticipa lo que debe hacer sin dispersarse. Es una referencia, ya que en el verano, con la modificación en la rutina diaria, hay conductas automatizadas, que eran positivas y redundaban en un buen funcionamiento, que se pierden
Planificar actividades al aire libre, lo máximo que se pueda. Incluso si hace mal tiempo todos deberían incluir un chubasquero y unas botas de agua en el "equipo de verano" y comprometerse a salir todos los días
Tener al lado un amigo sin TDAH, sobre todo si lo ha conocido este verano. Esto aumenta la motivación y el autocontrol para "portarse bien"
Introducir el deporte al máximo, mejor en equipo. Es una forma de canalizar la hiperactividad hacia consumo de energía lo cual facilita el descanso posterior para ellos y para los familiares. Los campus de baloncesto y fútbol aportan beneficios en las relaciones sociales y además fomentan la concentración y el autocontrol
Los campamentos diurnos o de alojamiento completo. Son muy beneficiosos porque los niños entran en un entorno desconocido que los contiene en cierta manera, están en contacto con la naturaleza, interactúan con otros chicos y aprenden muchas cosas
Realizar alguna actividad en grupo para aprender algo nuevo. Además del deporte puede ser un curso de ajedrez, de informática... cualquier cosa que despierte interés y motivación en el niño
Para los que no sepan nadar, obligado apuntarse a un cursillo. La impulsividad favorece caídas a piscinas con facilidad.
En caso de malos resultados académicos, no agobiarlos con clases de recuperación y horas de estudio. Es mejor pocas horas e intensas que muchas y perder el tiempo. Para ello se pueden fraccionar las tareas intercalando con horas de playa, piscina o cualquier otra actividad
Lo que hay que evitar
Estar en reuniones o comidas de largas sobremesas con adultos.
Las consolas y videojuegos.
Ir a centros comerciales o restaurantes cerrados.
Acostarse si no se tiene sueño.
Reducir o suprimir la medicación del niño sin consultar al médico.
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