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Redacción. Madrid
Con las vacaciones escolares aflora el temor de muchos padres a ver desmoronarse su organización familiar. Lo que supone un descanso para los más pequeños, se convierte en un tiempo de caos para los adultos. En los meses de verano resulta difícil imponer reglas, límites y apartarles de rutinas adictivas como el abuso de los videojuegos y la televisión.
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Para padres, abuelos y cuidadores a veces resulta casi imposible liberarse del estrés vacacional, pese a ser conscientes de que estos meses sin clase también forman parte del desarrollo emocional y social de los niños. La terapeuta Verónica Rodríguez Orellana, directora de Coaching Club Madrid, recuerda que el descanso y fomentar conductas saludables resulta imprescindible para abordar el regreso a las responsabilidades en septiembre.
Que nuestros hijos estén de vacaciones no implica que hayan perdido vigencias las reglas existentes durante el curso, aunque algunas pueden flexibilizarse. Por otro lado, generarles actividades a los niños para estas vacaciones siempre es una buena opción, con cuidado de no caer en excesos para que puedan relajarse en comparación con los días de clase.
Pero lo más importante, recuerda Orellana, es que valoremos todo el tiempo que podamos pasar con ellos. Para ayudarnos a reforzar los vínculos afectivos y a entretenerlos a la vez que fomentamos su desarrollo personal, la especialista nos deja estas recomendaciones:
Participar en las tareas del hogar: Asignarles tareas simples como hacer su cama, poner la mesa o recoger su cuarto fomentan la autonomía del niño, de manera que le prepara para ir adquiriendo cierta independencia. Es importante que las tareas estén dentro de las posibilidades de cada niño de acorde a su edad. La idea es festejar sus logros y evitar que se frustren con metas complicadas. De esta forma también favorecemos su autoestima.
Acercarlos a la lectura: Es un gran momento para fomentar este hábito, que les será de utilidad toda su vida. Leer les ayudará a aumentar su vocabulario y les permitirá desarrollar la imaginación. Para poder hacerlo debemos elegir textos a la medida de sus capacidades. Si es posible, debemos facilitarle la elección del libro, para que no lo tome como una obligación escolar.
Compartir juegos de mesa: Incrementan el intercambio afectivo con los otros jugadores, les enseñan a respetar reglas y turnos, y, sobre todo, a ganar y a perder. Estos conocimientos forman parte el desarrollo de las normas sociales y el respeto por el otro.
Integrarles en actividades turísticas y culturales: Si estamos planeando visitar algún punto turístico es crucial escuchar las opiniones de ellos de manera que se sientan importantes. El hecho de saber que son tenidos en cuenta fomenta el desarrollo de su autoestima y el sentimiento positivo hacia ellos mismos. |
